lunes, 6 de junio de 2011

7 días, 7 retratos. Lunes, el señor Búho.







Lo primero que los amigos del cajón me han pedido es que les haga un retrato. Dado que la semana no tiene más de siete días, los reuniré en ese número de sesiones. Cuando les conté eso de los números, no acabaron de entenderlo. Les pareció muy extraño que nosotros dividiéramos las cosas en fracciones y en mini fracciones, que nos dedicáramos con esa naturalidad a medir el tiempo, clasificarlo, ordenarlo y repetirlo una vez detrás de otra. El lugar de dónde ellos vienen, es, por lo que yo sé, redondo. Redondo como la tierra. La diferencia de ese lugar en relación a la tierra es que allí el tiempo, en vez de estar dividido en pequeños cajones, es también redondo, y por lo tanto, no tiene límites.

Hoy es lunes. Es el primer día de la semana, día dedicado a la Luna y a la diosa de la caza. Este día es para el señor Búho, porque se pasa la mayor parte del día con los ojos cerrados, porque en el fondo el foco de su meditación se dirige siempre al paradero de la princesa Búho, y porque cuando abre los ojos, la luna está a su lado. El señor Búho es alguien que observa en silencio y aprecia todos aquellos detalles que con el trajín diario, muchos se llegan a perder. El señor Búho se pasa muchas horas quieto sobre una rama de árbol. Cuando ya lo ha aprehendido todo, se va volando en busca de otra rama sobre la que reposar. Al señor Búho le gusta proteger a todos aquellos que alguna vez se han visto sorprendidos en mitad de la noche y han mirado hacia lo alto.