miércoles, 1 de junio de 2011
Every new world is magic
Os presento a mis nuevos y viejos amigos, uno siempre presentes, y otros habitantes caducos del cajón. Todo el que ha pasado mucho tiempo en el cajón, sabe que un día le tocará salir de allí, airearse un poco y ver qué clase de mundos hay ahí fuera. Los techos de madera no son recomendables —las polillas y el carcoma siempre encuentran ese lugar— y las cerillas tienen a las vigas muy a mano; por lo tanto, señores papeles, amigos y señores… ¡Salgan de ahí! No es recomendable caer en el olvido. Y la muerte, es el olvido.
Debido a que este “grup de arreplegats” me ha pedido muy educadamente que les ayudara a salir del cajón, yo les he hecho el favor de preguntarles cuál era el primer mundo que querían visitar. Me han dicho que habían oído un rumor. Y que ese rumor los había dejado de lado. Y que ellos también se sentían parte del hilo de la historia de ese mundo que nunca habían llegado a pisar. — ¡Yo os llevaré!—grité. —Every new world is magic…—, me dijo uno de ellos.
Todavía no puedo deciros quienes son, de dónde vienen (antes del mundo del cajón), a dónde van, cómo se llaman. Todas esas cosas son demasiado pequeñas para ellos, demasiado estrechas. Son, como un pantalón incómodo. Y no vamos a incomodarlos de buen principio, ahora que acaban de llegar. De momento, yo sólo le pude decir: —Mirad, esto es un mundo. Hay muchos más. Haced lo que debáis. Y que la fuerza os acompañe—.