viernes, 13 de enero de 2012

Recuerdos de otro lugar

Vivíamos muy lejos de aquí,

viajábamos muy rápido,

y lo que es vivir era otra cosa.

Quizás era más parecido a existir,

y no es porque no viviéramos,

sino porque aquí vivir es sinónimo

de pesadez, lentitud y esfuerzo.

Aquí viviendo hasta los olores

se vuelven lentos y se mezclan

y pueden provocar vómitos.

Aquí nada es directo,

todo va por carreteras secundarias,

aquí se enganchan restos de tierra

ensangrentada y sudor sobre la tierra,

aquí se tose, se estornuda y todo es

intenso y pueril como las cloacas,

aunque se trate de sexo o de poesía,

aunque se trate de filosofía, libros

o belleza envasada y sublimada,

aquí todo paga su peaje de estanque,

su coordenada, su eslabón, su encaje;

su penitencia.

Aquí no es tan fácil ser lo que se es

aunque uno lo repita a su cuerpo

cada mañana, aunque uno lo escriba,

lo dibuje o lo cante, aquí no es fácil

ser lo que éramos cuando existíamos

y vivíamos, muy lejos de aquí.