domingo, 20 de septiembre de 2009

Verdades caladas bajo la alfombra

Y se quedaron en la puerta.
Calados los pies en la entrada.
Cubiertos de plumas antiguas y con las manos pintadas.
Se preguntaban cuánto de todo aquello quedaba todavía en pie.
Atestiguaron todas las llamadas.
Y cayeron aturdidos en la alfombra,
abochornados de tanta revuelta vacua,
acongojados de tanto universo del revés.

martes, 8 de septiembre de 2009

Una mancha difícil de quitar

Existe tanta espesura en la mente del hombre, que a veces es difícil tan siquiera trazar un simple mapa, una simple línea que dibuje un corto recorrido. Entonces se hace necesario limpiar esa atmósfera y quitar las telarañas, y transformar la bruma en otra forma de riqueza mental. En esos momentos no es tan importante pensar, como liberar las cargas de nuestro pensamiento acumulado. Así, provocamos que la tormenta ceda paso a la mansedumbre que siempre viene después. Es en esa mansedumbre momentánea cuando se puede volver a comenzar de nuevo cualquier tarea, de una forma mucho más fresca y nueva, y sin ningún miedo a romper con el camino precedido. En realidad todos esos caminos ya dejan por sí mismos en nosotros llaves resueltas, y si se han andado a todas todas, no hace falta tenerlos disecados en nuestra maleta para emprender el siguiente. Pues como habremos oído ya mil veces, la particularidad de nuestros caminos es que no son objetos, sino sólo vehículos a través de los que evolucionamos. Entonces, si queremos andar con calma y volver a pensar con propiedad, deberemos sin duda afrontar la tormenta, adentrarnos en ella, y salir ilesos y más fuertes que el día anterior.