viernes, 25 de noviembre de 2011

L’écroulement

Je vais pressentir la débâcle
Après mes sentiments
Je vais pressentir la chaîne
De tous ces événements
Je vais pleurer toute la paresse
Et toute la contrariété

J’ai vu mourir les ombres
Dans ma tête
J’ai vu un sourire
Dans ma chair
J’ai vu courir les obstacles
Après le silence

Je sens mon sang
Et c’est pour ça que je sens
Je sens mon nom
Et c’est pour ça que je rêve
J’entends le silence
Et c’est pour ça que je recommence.

J’ai parfumé l’écroulement
Avec le crin des diables
J’ai pris un café
Avec un homme qui jamais parle
J’ai écrit un signe
Sans savoir que j’étais capable.

Je garde mon ange
A côté de mes épaules
Je regarde mes ongles
Avant dévorer les mans
Je jette le silence qui reste
Avant tutoyer la grosse débâcle.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

El hoyo profundo

Las cucarachas,
urdiendo las partículas
de la tierra húmeda,
una a una,
y el hoyo profundo
caracola que se hunde
hasta el centro,
y los cuerpos depositados
uno a uno
en los estantes naturales,
y yo y mi grito,
y yo y mis larvas,
y yo y mis lágrimas
cayendo
una a una,
todas a una,
antes y después
después delante,
todas a todas,
mi grito es caliente y áspero,
mi voz es ronca y suplicante,
mi ternura intenta atinar
como una flecha con cuerda
dispuesta a tirar tirar tirar,
tirar hasta mi cuerpo
que respira desasosegado,
tirar para olvidar lo que queda
entre los muertos y las ratas,
entre las cucarachas y los ciempiés,
entre los gusanos y los trozos de hueso,
la baba de los caracoles perdidos,
los trozos de carne pudriéndose
hasta el fondo de la caracola
y del mar,
los restos de sangre,
los restos corpóreos,
los rastros en descomposición,
el dolor engullido allá abajo
y entre mis costillas
todavía en movimiento constante,
adentro afuera, afuera adentro,
el dolor perdido en la boca
del estómago
y de la amarga muerte terrestre,
tonta, fría y suculenta
para los que arden,
romántica para los que aman,
pudiente para los que estamos allí,
abocados ante el hoyo profundo,
caracola que se hunde hasta el centro
gravitatorio de nuestros seres,
de nuestras manos, de nuestra bilis,
de nuestras lágrimas y lamentos,
de nuestros aullidos y sopores,
de nuestro insoportable dolor
humano e impasable,
de nuestro aturdimiento impasible,
de nuestra sombra gigante,
de nuestra muerte,
de nuestra sangre,
de nuestra inercia hasta el pozo
y de nuestro frenético combate lateral,
de nuestra acobardada ira,
de nuestro lloro gigante,
de nuestro vivo desasosiego,
de nuestro desastre natural,
de nuestro propio abono,
de nuestra tierra blanda,
de nuestra máquina de órganos,
nuestros líquidos colados,
nuestras grasas, nuestros sólidos
y nuestros blandos,
nuestro pelo, nuestras uñas,
nuestros ojos y el color,
nuestra defecación atenuante,
nuestra caída de cincuenta kilos,
nuestro desastre, nuestro aferrarnos
al olivo y a los libros, a nuestro querer
inagotable y doloroso e inagotable,
nuestro tirar desesperado del aullido
al hoyo y del hoyo a lamer nuestras heridas,
de las heridas al hambre de vivir,
y del vivir a la voluntad hiriente,
de que no te vayas.

lunes, 21 de noviembre de 2011

WireGlass en Absolute Vintage y La Fuerza irrisoria de las Estrellas

















Como lo prometido es deuda, una semana después, os presentamos el link de la entrevista que Absolute Vintage Radio hizo a Wireglass el día de su inauguración: [audio="http://www.ivoox.com/entrevista-a-wireglass-absolute-vintage-radio_md_902983_1.mp3"] Ir a descargar
(También puedes clickar aquí: (http://soundcloud.com/equinoxradio/entrevista-proyecto-wireglass)
Luego, un nuevo poema sobre lo irrisorio, el tiempo y el origen.

*

La Fuerza irrisoria de las Estrellas

Cuando llegué a este lugar
olvidé que sería más difícil moverme
olvidé que sería más lento y más pesado
olvidé que tendría que decidir
si piedra o metal
en vez de todo a la vez.
Cuando llegué a este lugar
creí perder todas las llaves y todas las lenguas
creí soñar en vez de ver
creí saber que todos ya sabían
cuando la realidad era un desierto multicultural
y sólo unos pocos estaban escuchando.
Cuando me perdí en este lugar
volví otra vez a mi casa
y entendí que mi tarea
era explicar
cómo mis llantos
y mis risas
y mi voz
fueron
capaces de unir
un lugar con otro
y un sentir
a otro.
Cuando me encontré en este lugar
sólo pude estallar con fuerza,
sólo pude parirme,
y reír.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Suxinsu Featuring Ari Ann Wire: Amidala












Welcome to Naboo! Suxinsu Featuring presenta el primer diseño de Ari Ann Wire. “Amidala” une la fuerza del sabio (Jedi), del guerrero (Skywalker) y de la feminidad (Amidala). Desde el planeta Naboo podemos observar el poder de la Fuerza y abrirnos paso entre la oscuridad. Es una camiseta protectora, luminosa e invencible. Con ella nos será más fácil emprender nuestros pequeños o grandes proyectos cotidianos. Este Suxinsu está inspirado en “La Guerra de las Galaxias”, de Georges Lucas. ¡Que la fuerza te acompañe!


Welcome to Naboo! Suxinsu Featuring presents the first design by Ari Ann Wire. "Amidala" joins the force of the wise (Jedi), the knight (Skywalker) and the femininity (Amidala). From the planet Naboo we can observe the power of the Force and open a path in the darkness. It is a protective, bright and invincible t-shirt. With her it will be easier for us to undertake our small or big daily projects. This Suxinsu is inspired by the movie "Star Wars", by Georges Lucas. May the Force be with you!

Ari Ann Wire

Star Wars (George Lucas, 1977)

Clicka en http://suxinsu.com/ si deseas adquirir un ejemplar.

Take a wish!

martes, 15 de noviembre de 2011

La sombra de Bauman

La ciudad está lloviendo.

La opacidad del cielo es un resumen

de la sombra que se acerca.

La soledad estanca de las nubes

es transitoria pero espesa,

es definida y seria.

La bocina de los coches

roza la sirena de las ambulancias

y se abre paso aullando

entre el frío y el lodo,

entre el agua y las tinieblas.

No seremos capaces

de descifrar el secreto

que se esconde tras la niebla,

ni de averiguar

qué es lo que queda tras la lluvia,

tras los zapatos mojados,

el pelo erizado

y las gripes,

tras los estornudos rizados,

las goteras

y los parones en el metro,

tras la electricidad estática,

las guerras de paraguas

y los charcos.

No sabemos qué quedará

de todas estas marcas violáceas

en las alcantarillas,

de estas travesías a bordo

del barco urbano de la desesperación,

anidados en la reverberación del caos asistido,

acogidos en la evidencia de lo que ya no sirve,

escudados bajo la demostración empírica

de la chapuza flamante,

del mal funcionamiento,

de la maldita ausencia de la solidez.

Cuando la ciudad está lloviendo,

la sombra de Bauman

se me aparece y me recuerda

cuán líquidos seguimos siendo,

cuán “sin pies” seguimos estando,

cuán faltos de fundamentos y raíces,

cuán frágiles y cuán sometidos

a las ignominias del tiempo,

al vaivén de la lluvia,

al de los ríos, al del mar,

—y esto no es Venecia—,

pero tenemos menos permanencia

que un nómada al son de las sirenas,

de las bocinas y de los claxons,

menos permanencia que lo que dura

un mensaje de texto al codificarse

en voz y ser oído bajo la lluvia,

menos permanencia que un loro

repitiendo sonidos en una estación de tren,

menos permanencia que las olas

repicando en nuestra puerta.