miércoles, 31 de diciembre de 2008

La última cruzada de los lobos centenarios

No pasa nada si mañana volvemos a nacer, sanos y salvos, escupidos de nuestro propio fuego, remontándonos a nuestro primer día de tierra, temblando y llorando y conteniendo el hipo, igualando la distancia de nuestros cordones con los del resto de este lugar, a veces acogedor y a veces maldito, desolado o uniforme dependiendo del don que estemos dispuestos a ofrecerle, y de nuestras agallas por continuar en la superficie. No pasa nada si mañana despertamos un segundo más, acorralados por una montaña de sábanas de colores que mutan, que se enroscan y se pierden, porque son la huella de ese fuero que se desentiende y nos devuelve, una vez más. Desazonados de nuestro hipotálamo, recién lanzados “hombres bala”, libres y por estrenar, halcones de blancos corazones, lobos centenarios empujados de una fiesta nupcial. No pasa nada entonces si mañana cruzamos sumergidos en sangre, sangre que sigue siendo grito inaugural, caverna que se abre, animal que se abre paso tras la firme y terca oscuridad.

martes, 30 de diciembre de 2008

Le regard nouveau

Puede que lo más relevante de este 2008 hayan sido todos esos momentos en que todo se sincroniza, así cómo las fechas señaladas (las fechas de los cumpleaños o un tal 08/08/2008), los relojes especulares y cronometrados (11:11h), pero sobretodo aquellas que incluyen al ocho, pues es la esencia de este sabor concreto que el año siguiente será adelantado por el de un nueve y que ya será distinto. Todo lo acontecido en este año tendrá una vaga estela de ocho, un viejo aroma particular sedimentado en el recuerdo. Cómo las ocho campanadas, las ocho patas de un pulpo, como la lectura del “Octaedro” o del “Ocho”, cómo la certeza de que la noche de Reyes seremos visitados por sus Ocho Majestades, y en su consecuencia no podremos pegar ojo para dormir ni apenas esas ocho horas deseadas. Y soñaremos puntuales, entre estrellas de ocho puntas y sirenas de salón, ochenta colchones y ocho líneas de un tirón.
(...)
Pero si lo más relevante no es todo eso, sino otra cosa, quizás debamos dejárselo a lo demás. Precisamente a todo aquello que se quedó en la cola, que se nos cayó por el camino, que perdimos en un asiento de bus, aquello que no perdonamos pero que nos persiguió una y otra vez hasta que dimos con el clavo. Todas aquellas cosas tan viejas o rotas, molestas en exceso, que nos hicieron armarnos de valor y subir una vez más por encima de nosotros, quizás, esos logros íntimos, esas glorias discretas, ahora sí son relevantes. Porque lo relevante es aquello que permite que este nueve nos dé la cara y releve al ocho por el que hemos pasado, dando giros y giros recostados a trompicones en una quiebra sin fin, una bella “crisis”, un ventanal infinito que se queda profundamente clavado en el umbral de nuestros ojos. Nuevos ojos. Y nueve más.


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lunes, 29 de diciembre de 2008

(Simulando miel)

Un amasijo de carne estrangulada
Y cincuenta espejos sin piel
Se funden y entran fijos
Por las esquinas del dintel
Entran soñados y permanentes
Velados como una promesa seria
Que se fue
Se quedan firmes y enamorados
Como dos espaldas que se encuentran
Y van
(Simulando miel)

jueves, 25 de diciembre de 2008

El ágape


Estaban todos reunidos alrededor de una mesa. La casa era muy antigua, los techos muy altos, y el comedor circular. Olía a leña. Fuera de la casa, el pueblo tenía cimentado el suelo de adoquines. Todavía corrían los caballos por las calles. Si los seguías, te llevaban hasta las afueras del pueblo, arriba, donde crecía la montaña, que respiraba al fondo, libre y amortiguada, recogiendo el quehacer tricotado de todos los habitantes. Su verde intenso enmarcaba siempre el gris y el marrón de las construcciones humanas, esas que se amontonaban abajo con un desdén nervioso, quizás ansioso de subir, de protegerse y de vivir en paz, y también, de salvaguardarse del miedo profundo a que alguien les arrebatara algo. Sobre la mesa esta vez había manjares de todo tipo, a cada cual más refinado, combinaciones de entrantes salteados que guardaban secretos dentro, sorpresas como una bomba, promesas de ser otra cosa. Después de hablar los comensales un rato, (estaban todos amontonados alrededor de forma muy natural, acomodados en un sofá redondo que circundaba la mesa, casi uno encima del otro, pues eran demasiados), se decidieron a probar, probar lo que les ofrecía la sugerencia frondosa de la mesa. Ni aún así dejaron de hablar. Hablaban directo, sin complicaciones, se levantaban y daban vueltas mientras probaban los platos, e iban conversando. Había muchos que no se conocían, y se daban referencias los unos de otros los unos a los otros. Venían de distintos lugares, y les gustaba estar allí compartiendo un rato. Adquiría todo un ritmo intenso, pero no llegaba a acalorado. Mantenían la compostura pero no dejaban que ésta les cortara sus propias alas, ni que les dejara inertes ante un montón de comida muerta. De hecho, si así hubiera sido, podrían haberse atragantado, y no lo hicieron. Siguieron comiendo. Luego el mayordomo trajo más platos, platos que por el contrario habían preparado entre todos, y que cada uno tenía un sabor muy distinto y muy especial. No se sabía muy bien por qué estaban allí, se observaban inquietos y a la vez distendidos, asumiendo que debían estar allí, sin juzgar la situación pero a la vez sorprendiéndola, apreciándola hermosa como una espera. Por lo menos era una espera cálida, y no les faltaba de nada. No era como estar en la calle a la espera de la entrega de una papeleta, o muertos de frío, esperando a comprar un puñado de boniatos calientes. Resulta que se habían reunido, por celebración o por conveniencia, por azar previsto o por necesidad, por costumbre o por vicio, y para no trazar ningún plan en concreto, sólo, por simple estar. Parecía que la comida era el fin. Y si no, la espera de ese algo que les esperaba allá afuera, que les esperaba después, después de la comida. ¿Qué es lo que habría después de la comida, más allá de la puerta de entrada, más allá de los adoquines y de los caballos, que subían decididos a la alta cima de la montaña sagrada? Ni siquiera ellos lo sabían ya. O pretendían olvidarlo, pasarlo por alto, como quien guarda un secreto y hace todo lo posible por dar las vueltas que hagan falta por no pasar por la semilla en cuestión, el rincón antiguo de esa gran verdad, a veces ignorada y llena de telas de araña. Si la comida estuviera compuesta por comensales de edades muy dispares, se me ocurre que la función de los viejos podría ser contarles el secreto a los niños, en vez de cubrirse de mil telones para esconderlo y enterrarlo antes de morir. Los secretos deben guardarse, pero no se debe olvidar el transmitirlos. Si no, resulta al final imposible avanzar, subirse al caballo y llegar a la montaña. Quizás por eso estaban a la espera, recogidos entre aquellas cuatro paredes, todavía no demasiado listos para salir, esperando (sin ver) el acontecimiento gigante que estaba a punto de suceder, una vez más, en la cima de la montaña. Hablando de sus abochornadas vidas cotidianas con las persianas echadas, y también la suerte, metiéndose cada vez más en su propia piel, en su propio personaje año tras año, y quedándose hundidos en el fondo de un viejo sofá, ebrios de vino, sin poder salir a respirar con “le regard nouveau”, pero protegidos y amados, inconscientes y humanos, conscientes y deliberadamente sátiros, deliberadamente aprendices del juego de la mentira vacua, y comiendo perdices, sabiendo cada vez más que la vida es incómoda pero ya se sabe cómo llevarla, después de tantos vestidos probados y sin probar. Y una vez más, consiguen pasar todo esto por alto y ser felices, quizás, porque están allí repitiendo o renovándose, muy poquito a poco, en medio de un montón de gente. Sujetándose o volviendo a caer, pero siempre respaldados, por ese hilo que nunca los deja. Entonces alguien dice “alea iacta est”, y uno de ellos decide abrir la puerta, afrontar el frío, y subir al caballo. Se asoman todos a la puerta entreabierta que ha dejado la marcha del otro, y siguen con los ojos la estela polvorienta del caballo, abriéndose camino entre tanta niebla, y suben un poco más sus barbillas, y descubren el lomo de la montaña, verde y rojizo como un corazón, semejante al latido de un amor que los protege a todos, sin demasiadas réplicas, y por fin un destello, y una luz y quizás, un nacimiento.




martes, 23 de diciembre de 2008

Cuellos largos y lagos desperezan (së)

Los cisnes se me han comido todas las hojas
y ahora tengo árboles dormidos bajo mi piel.
Bajo mi piel de orugas (blancas como el carmín)
cuando el jazmín se presta (se desperezan) mil.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Sonata del vuelo (divino tesoro tenaz)

Que no te absorban los espíritus del mar.
Que no te manchen las alas.
Que no sepulten tu cuerpo.
Que no corran más detrás de ti.
Que te dejen con aire.
Que te observen volar.
Y que dejen de pedirte que bajes
al subsuelo, una, y una vez más.
Abre sus aguas, y déjate andar.
Tu inocencia es demasiado bella
para que la rompan con sus manos
inundadas de ansia,
podridas de angustia y de alquitrán.
Que no te persigan con su bomba
descorazonada y sagaz,
(demasiada avispa, demasiado mal).
Anomalías y zarpazos mal tragados,
montañas perdidas de vista,
nieblas espesas y atunes muertos,
(todo es un clan)
para que caigas en su red submarina,
en su disfraz de tontos,
en su perpetuo regresar.

sábado, 20 de diciembre de 2008

Caballos (ángeles) do(a)mados

Y suben los caballos
Mareados e insistentes
Condenados y ausentes
Abatidos y ansiosos
Miedosos y tiernos
Consecuentes y desbocados
Y preocupados (casi) siempre
Por no caer

viernes, 19 de diciembre de 2008

Entre las plantas (bellos, libres y perdonados)

Resorte colateral
daño amortiguado
caída libre...
y pam y vimos
acercarse al muerto
con los ojos perdidos
la sangre entre las venas
los pies cortados a rodajas
su vida a cuestas como una lapa
un segundo más
y nos volvimos bellos, libres y perdonados
entre las plantas
(como un rosal)

jueves, 18 de diciembre de 2008

Districte V

Hoy se ha celebrado la entrega de premios del IV Premi Literari de Narrativa Breu Districte V y se ha hecho la presentación del libro! Si queréis leer mis relatos La espera y El cabaret de la calle "Dels Salvador" sobre el papel, podréis encontrarlos en las librerías de Barcelona La Laie o La Central, bajo la portada verde-azul titulada Districte V encabezada por la imagen del gran gato de Botero. Editorial Montflorit. El hilo allí os estará esperando.
Gracias a todos.

martes, 16 de diciembre de 2008

lunes, 15 de diciembre de 2008

Cocinas mareas

Extrañas mareas
Bonitas tonadas
Se hunden en la tarde
Y rarísimas calas
Se quedan sin bajar
Bajar de la tierra
Molida de la sangre hueca
Del pan sin guisar
De la cálida calle
Del cocido andar
De la entramada remesa
De un rincón al azar
(Prometo silbar)
Veladas mareas
Bonitas esperas
Y termitas por nacer
Premeditadas remesas
Y cubiertos por poner
En las calles desnudas
De la nieve de mayo
Pregonados asfaltos
Del perdón al renacer
Cocinas mareas
Pecados sin resolver
Escudos bromeas
Te ríes y te vuelves
Sin tus pasos (sin caer)
Caminando en niebla fría
Retumbando en nudo y cal
Mermeladas de cabina
Dolorosas sin papel ni sal

domingo, 14 de diciembre de 2008

viernes, 12 de diciembre de 2008

Après K08

Premi Literari de Narrativa Breu Districte V
2008 (4a edició)
Acte en què es farà públic el veredicte del jurat i es presentarà el llibre que recull els relats guanyadors i els finalistes d’aquesta 4a edició del certamen literari.
Organitzador: Centre de Cultura Contemporània de Barcelona (CCCB), l'editorial Montflorit i l'Escola d'Escriptura de l'Ateneu Barcelonès.
Dia i hora: 18/12/2008 - 19:30 hores
Lloc: Sala Verdaguer
Preu: Entrada gratuïta.
Aforament limitat.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Equivocados y hundidos (la vida que hay detrás)

Y tras tras tras
Estaban equivocados
Ellos tras tras tras
La cama se hundían
Un millón de botones
Rotos de remiendos
Fáciles de atar
Pero no fue tan simple
Dibujar una nueva
Atadura tras la dura
Cristalera y las copas
De champán tras los
Largos bozales y los
Finos sedales repartidos
Al azar y las vagas azaleas
Cometieron un clan
Cerrado pero vivo
Un ciervo en el desván
Amordazado pero vivo
Y hundido hasta el cristal
De mármol en la cocina
Es que el horno está
Hecho un flan
Y se sienta y se levanta
Y viene tras tras tras
Las pepitas doradas
Tras tras tras
El eterno ventanal
Detrás del mundo
De los cuentos cortados
Con un cuchillo afilado
Detrás de los trapos
Inundados como barcas
Vendidos como tal
Equivocados y unidos
Por un eterno y vivo
Fuego casual
Prometidos como rayos
Hundidos como cal
Sedienta en las esquinas
Apoltronada y menos viva
Que la vida que hay detrás

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Incluso antes

Incluso antes de despertarme no caí en sus brazos
Porque seguía dormida y soñaba demasiadas plantas
Aprendí que el abrazo no se piensa ni se dice ni se prepara
Aprendí que el perdón tampoco se dice ni se piensa ni se prepara
Pero se da sin más

martes, 9 de diciembre de 2008

(Nos paramos) y hace frío (Al caminar)

Mil hojas cortadas a ras de la mano
Comemos y esperamos
Acumulamos y echamos al mar
Devolvemos aquello que se nos fue
Prestado al principio
Sin promesas ni beneficios
Sin presas ni bosques
Sin vinos - sin sangre roja
Sin mordeduras de animal salvaje
Sin carne cocida a la leña
Sin nada más que el pan
(Nos paramos)
Y volvemos a andar
Al comenzar las hojas
Son hijas de plumas
Son blancas y corren
Campo a través
Y no se cortan
Porque están enteras
Y se dan la mano
(Al caminar)

lunes, 8 de diciembre de 2008

La terquedad de los sentimientos que se repiten

Hay sentimientos que son ágiles como esponjas
Sentimientos que se absorben a sí mismos
Y nos dejan sin más
Aire que el de los agujeros mal cerrados
Que el de las grietas obstinadas en sobrevivir
Emociones delgadas e incapturables
Libres y sedientas como una serpiente
Enamoradas y enfermas de sal
Descorazonadas y cubiertas de sudor
Buscadoras de movimiento permanente
Soñadoras sin más
Aire que el que queda al final de las esponjas
Cuando ya no queda más jabón ni más agua
Con la que lavar el desastre esparcido del pasado
Que persiste como una raíz de acero forjado
De amor
Que es lo único que permanece siempre
Aunque cambie siempre de forma también
Como la bella serpiente
O el viejo camaleón
O la oruga que persigue el ventanal
Aguado de la mariposa
Lleno de luz
Lleno de olvido
Corazones sin más
Aire que el que la puerta promete
La definitiva brecha de transformación
La concepción divina
Inmaculada y alcalina
Irreversible y triunfal
Sobre todas las huellas
Enamoradas de sí mismas
Adiós central
Encuentro final
Principio de un nuevo dolor transmutado
En paz y camino inaugural

domingo, 7 de diciembre de 2008

No te resistas

No te resistas
Sabemos que sin la gravedad
No hay descanso
Y que el descanso
Es la aceptación de la gravedad
Sabemos que las manos no están en el futuro
Pero el futuro sí está en la aceptación del presente
No te resistas
Cambiar de asunto no está en tu plan
Aunque te salves de las huellas que cimentaste
No te resistas
Ni a ellas ni a nadie
Ni a ellas ni al fraude
Porque nada está más lejos
Que de guardar la ley
Porque nadie se salva del caer
Por su propio peso
Por su propia piel

sábado, 6 de diciembre de 2008

La venganza del tigre

La venganza del tigre es fuerte como las palabras
Que se quedan para siempre
Y entran como una bala
Hundidas en sangre hasta los colmillos
Igual que la fiebre y que las babas
Son tenaces e inteligentes
Como las vísceras del hambre
Son bellas y animales
Como la velocidad que se fragua
En el interior de la carne

viernes, 5 de diciembre de 2008

El golpe de la hormiga

El caracol nos ofrece su espada
cuando menos lo esperamos
Así como la cigarra nos ofrece
sus oros ganados
a lo largo de los años
La hormiga se calla
Y el corazón no falla
Seguiremos andando
Por si el camino
Es tan largo
Como dicen
Tus labios

jueves, 4 de diciembre de 2008

Pan y río Río y pan

Si Él me busca en alguna esquina
Sé que siempre me va a encontrar
Porque sólo buscan los que se pierden
Y esos son siempre los hombres
Que no tienen hilo
O que quieren más pan
Yo no tuve el disgusto de perderte
Aunque sí la ilusión de perderme entre los hombres

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Apuntes (en medio del océano crudo)

Ancladas todas esas huellas
Que parecen invisibles
Se hicieron dueñas
Sin tan siquiera tenerlo
Y se colaron sin pensar
En un hueco crudo
De la memoria central
Nos venden flores
Y se desviven por seguir
Siempre que estamos
A punto a zarpar
Inmersos o sumergidos
En un proyecto que apunta
A otro lugar
Se saben más queridas
Que cualquier otro
Rincón racional
Pues no saben racionar
Y se cuelan por todo
Lo que se queda abierto
Por despiste
O por propia voluntad
Si las olemos tardaremos
Muy poco tiempo
En regresar al mar

martes, 2 de diciembre de 2008

Aliento horizontal

Blancas las paredes
y azules los dedos como las plantas.
Semejantes abismos me roban las mantas.
Incendios verticales
y muchas raíces.
Tan solo un silencio (un grito un aliento) horizontal.

lunes, 1 de diciembre de 2008

(Sólo un ángel solo)

En el final está el cielo
Y la cuestión es pura transformación
Se perdieron demasiado tiempo en las tinieblas
Pero les duró lo suficiente para recoger el telón
Su movimiento fue continuo y se alargaron al batir
Las yemas de las alas iniciadas en la espalda