domingo, 2 de noviembre de 2008

Canicas y piedras en el camino

Me seguía en el camino. Alguien hablaba de piedras a nuestra derecha.
- Que tres es mejor que dos porque es igual a uno- decían. (Eran cuarzos rosados). A mí se me cayeron canicas del bolsillo. Primero una, luego dos, luego muchas. Tenían distintos tamaños y eran transparentes, con una ondulación verde o azul en el interior. Él me ayudó a recogerlas. Mi abrigo era gris y era de invierno, pero no hacía frío. Cuando estuvo en frente mío, me dijo que había seguido mis ojos claros, mi cara lila y mis pendientes azules. Luego seguimos subiendo.