miércoles, 18 de febrero de 2009

El secuestro de la miel

Y nada. Almorzar y subir. Troceando estos trozos de hiel. Trasladando estos trozos de éter constatado desde la espalda. Dados y dados y nada más. Unos números más. Y algo más que sale de dentro o de la espalda. Quién lo dijo. El mareante tal vez. El traficante de olas manejadas por las gaviotas. El traficante de peces que pescaba barcos y avionetas tal vez. El comerciante del que une las horas y los estados pendientes. Las jaleas. Y esa oscura realeza. Y esa miel. Un segundo más.