miércoles, 15 de septiembre de 2010

Nocturno

Me gusta tener encima la oscuridad como una mosca,
las palabras soldadas como espacios.
Me gusta olvidar que nací ayer y que se nace mil veces más.
Me gustan las lámparas de cristal.
No hay nadie que me pide que cante, y yo digo que no sé dónde están los demás.
Es muy difícil trazar un camino personal.
La noche me invade y huelo a plantas y a ración especial.
Y no tengo nada más que decir, que ser, que amar.
No tengo nada más que acechar.
Los molinos se caen como piedras, y tú trotas.
Como un jaguar.