miércoles, 23 de marzo de 2011

El ron de la motocicleta salvaje

Relámpagos, ráfagas, truenos y relojes.
Ruedas que irradian rayos y centellas.
Ronquidos de imanes que suben y sueltan.
Rascadas, los que caen, suelas al suelo.
Rimbombantes, me digo, sonidos y sol.
Resueltos, si saben, rompiendo el ron.
Ron, ron, que no hay ron que pare.
Ron, ron, que no hay ron sin son.
Ron, ron, que no hay ron que pare.
Ron, ron, yo les pido perdón.
Ronroneo amable, subo y rodeo.
Rueda de nuevo, radio que no frena.
Ruedo con garbo, se dispara luego.
Rápido, digo, que esto me lo creo.
Ríe y roba, el tiempo me lo llevo.
Rata fría, saluda, me quedo con el ron.
Ron, ron, que no hay ron que pare.
Ron, ron, que no hay ron sin son.
Ron, ron, que no hay ron que pare.
Ron, ron, yo les pido perdón.
Ron, ron, que no hay ron que pare.
Ron, ron, yo me subo al balcón.
Ron, ron, que no hay ron que pare.
Ron, ron, se me pierde el timón.
Ron, ron, que no hay ron que pare.
Ron, ron, que lo tuyo es un don.