martes, 20 de septiembre de 2011

Jane Austen y la pobreza, Stefan Sweig y la riqueza





















Paralelamente al "Mansfield Park" de Jane Austen he estado leyendo "La embriaguez de la metamorfosis" de Stefan Sweig, a la vez que he visionado de nuevo “Becoming Jane” de Julian Jarrold, largometraje sobre la vida de Jane Austen (http://youtu.be/OYViBfUvSOA).
Tanto en Austen como en Sweig se hace un profundo análisis sobre la transición de personajes que van de la pobreza a la riqueza y viceversa. Los dos analizan, describen y experimentan cómo la condición de la riqueza y/o pobreza pueden turbar las conciencias y la moralidad de los personajes, cómo sucumben a las circunstancias de cada estado y/o cómo resisten anteponiendo por encima de todo sus valores más firmes. Los personajes de Austen, así como la propia autora, anteponen los valores familiares y la rectitud moral por encima de las propias pasiones. Los personajes de Sweig se entregan sin reservas a las erosiones propias de cada contexto y acaban mostrando las caras más desgarradoras y ocultas que contiene un mismo ser humano expuesto a los extremos y polaridades que proponen el tener o no tener dinero, mostrando cómo de fina es la línea que separa un universo del otro, línea que reside en la mente de cada uno y en la rígida mentalidad social de cada contexto. En Sweig observamos lo difícil que resulta para una clase social aceptar el tránsito de un miembro de un estado al otro. En algunos casos el personaje llega a hacer el “click” y a traspasar el límite en su interior, pero para que eso sea real hace falta que los de alrededor también lo hagan, pues en el peor de los casos, si no es así, la crueldad humana llegará a hacerlo pedazos antes de que pueda llegar a transformarse por completo. En Sweig observamos una cantidad de matices plásticamente devastadores, poliédricos y refinadamente precisos, observamos una piel estirada hasta el infinito y vuelta del revés. En Sweig caen todas las máscaras y vuelven a renacer con formas completamente distintas e inesperadas. En Austen podemos sentir el dolor y la fuerza del que (de la que) intenta salir a flote contra viento y marea, de quien se mantiene en pie a pesar de la inmensa fuerza de los sentimientos y los contextos sociales para defender con todas las armas la voluntad, el tesón y la vocación de un ser humano muy particular. Y yo me sigo preguntando: ¿qué es la riqueza, qué es la pobreza? ¿Un estado mental? ¿O una fuerza de la naturaleza?