sábado, 28 de enero de 2012

Juegos de la tierra al aire

Los árboles crecían debajo de la tierra

Y se hundían sus raíces bajo el agua

Y comunicaban su savia con el resto

De la vida subterránea,

Con sus manos de ciempiés

Y escarcha, con sus uñas en marcha,

Con sus jamelgos disfrazados de cilantro,

Y su manera de soñar profunda,

Su ansia calma por correr hacia el fondo,

Su deseo de buzo de tierra y mar.


Las ramas de los árboles bajaban y jugaban

Inspirando la belleza de lo oculto,

Raspaban con su nariz los nidos de huella,

Se dejaban llevar por los mapas de oído,

Conjuraban vicios y onomatopeyas

Sin dejar de bajar y bajar y bajar,

Sin dejar de reír demasiado

O sin dejar de vencerse al agua,

Y volvieron a encontrar

Joyas con plumas plateadas

Y bolitas brillantes

De todos los colores,

Y creyeron ver pájaros

Allá abajo

Que se esforzaban

Por volar.


Y de nuevo

Los árboles volaron

Sin saber cómo

Y de lo profundo

Podían nacer estrellas o flores

Que estaban en contacto con otras dimensiones

Y cruzaron sin más el límite horizontal

Se quitaron los pesos y nacieron como globos

Como espías aventajados del universo

Como serpentinas lanzadas al espacio

Como topos que se deciden a salir,

Y comprobaron que su savia

Tenía el poder intrínseco

De la velocidad.