miércoles, 1 de febrero de 2012

Huecos, huesos, frenesí y esta urna de cristal

A veces
Algo nos dice
Que hay un hueco
Dentro de nosotros
Muy difícil de saciar.
Un hueco arremolinado
Que no se marcha,
Y que a veces,
Más que un hueco,
Parece una mancha.
Nos busca y nos persigue
Y nos encuentra
Y luego nos obliga
A traerle aquello
Que necesita tragar,
Algunas cosas simples
Y otras tan complicadas
De cazar como un rabo de burro,
Un diente de conejo,
Leche de cabra montesa,
Corazón de diablo
O miembros de un toro senil.
A veces nos lo pone tan difícil
Que no sabemos cómo decirle
¿Para qué?, ¡Márchate de aquí!
Tu mancha y tú dejadme
Vivir en paz,
Sin deseos,
Sin hambre,
Sin ganas de matar a un buey
Por navidad,
Sin necesidad,
Sin locura hueca,
Sin fiebre ni frenesí,
Dejadme marchar
A mí,
Fuera de aquí,
Echadme de vuestras cadenas
De esclava de este cuerpo,
Largad vuestros huesos
Y tendedme aquí,
Tranquila,
Bajo esta urna de cristal.