domingo, 7 de septiembre de 2008

Amor líquido

En el “Amor líquido”, Zygmunt Bauman nos habla de la situación del amor en nuestras sociedades actuales. Éstas, que ya lejos de ser estáticas, han relevado los sólidos cimientos de antaño por nuevos móviles cimientos, cimientos o verdades puntuales que se intercambian y se confunden en el mar de redes e interconexiones que protagonizamos hoy. Me atrevo a decir “del que participamos”, pues como en un juego de construcción constante, somos dueños y responsables de él, creadores en rol activo y arañas que tejen a la velocidad del rayo una estructura de filamento fino que a la vez que transmuta parece cada vez romperse pero lo que en realidad hace es cambiar de peso en el circuito, cambiar simplemente de conexión en el largo camino. Para Z. Bauman son importantes los términos “redes” y ”conexiones” en este contexto de sociedad, y concretamente en este aspecto de ella, en lo que implica al amor y al relacionarse. El autor nos hace un ajuste de vocabulario que permite definir con más precisión la situación actual. Lo que antes se definiría cómo “relaciones” o “relacionarse”, lo substituye por “conexiones” o “conectarse”, y para que este último término pueda ser practicable, tiene que existir otro término que el que dan lugar los conceptos de “relaciones”, “parentesco” y “pareja” (términos que por encima de todo resaltan la idea de compromiso mutuo). Este nuevo término en el que la acción de conectarse es posible, es la red, vista por él como una gran “matriz”, en la que puede darse el libre movimiento. La “conexión” es fiel a la red porque lo es tanto al “conectarse” cómo al “desconectarse”. Uno se conecta, luego se desconecta, y sigue su camino. En la red son igual de válidos estos dos movimientos, sin resaltar, cómo en el término “relación”, un gesto más que el otro que aboca directamente a un estatismo, una única dirección que es el compromiso. La forma del amor que, según Z.Bauman, se mueve y nace de esta sociedad líquida, sin sólidos amarres pero de firme estructura y buenas articulaciones, estaría más cerca de la acción de “conectarse”.

Nos cita el Simposio de Platón, dónde “el amor no se dirige a lo bello, como crees, sino a concebir y hacer en lo bello” (…) “amar es desear concebir y procrear”, para luego llevarnos a la idea de que “el amor no encuentra su sentido en el ansia de cosas ya hechas, completas y terminadas, sino en el impulso a participar en la construcción de esas cosas”.

Con esto reafirma la solidez del sentido del amor, y también la solidez del sentido del movimiento en una sociedad dónde, lo aparentemente frágil o insustancial puede llegar a dar lugar a motores de movimiento mucho más profundos y comprometidos que los que tan solo comprometen, pues contemplan, a la vez, el factor de la libertad. Libre movimiento. Sangre que circula. Amor y fe en la construcción del camino. Creo que el compromiso, el comprometerse, es algo que está mucho más cerca y dentro de uno mismo que de una sólida estructura de elefantes. La sólida estructura sólo es una forma que intenta mantener una verdad, aún cuando esta se desmorona. Creo que la libertad de movimiento te obliga a estar más alerta y a mantener el rigor, la atención y la calidad de los movimientos, haciendo que cada individuo se fortalezca y la interacción con los demás que habitan la red pueda ser luego más rica y pueda dar lugar a creaciones más evolucionadas, con más matices. Esto incrementa también la velocidad de este avance. Aunque contemplo también que esta forma de vivir en la red puede conducir mucho más fácilmente a la dejadez, la pérdida y la caída en el vacío, o el vagar, pero obviamente estos son aspectos que el ser humano debe pasar un momento u otro, viniendo de la estructura o época de la que venga y en caminando en la que esté. El camino está allí. Lo importante es hacerlo nuestro (ponernos las botas, y caminar).

“El amor está muy ligado a la trascendencia, es tan sólo otro nombre del impulso creativo, y por lo tanto está cargado de riesgos, ya que toda creación ignora siempre cuál será su producto final.”

Ariadna Salvador_2008