sábado, 28 de noviembre de 2009

Microrelatos de 151 palabras: (intrusiones de Haruki Murakami y el pájaro de da cuerda al mundo) May Kasahara

– ¡Señor pájaro-que-da-cuerda!–gritó alguien desde el jardín. Era May Kasahara. Levanté los ojos de mi cuaderno gris y me ajusté la corbata. El nudo en la garganta me hizo atragantar unos cuantos alaridos y pernoctar algunas pausas. Reconocí el ardor de mis mejillas tras advertir paulatinamente el sudor de mis manos. Revolví en los bolsillos para ver si encontraba un maldito kleenex. Omití unos cuantos resoplidos silenciados. Bebí un poco de agua. La escupí de inmediato al reconocer el sabor envilecido de la acuarela. La tinta se regodeó en mis fauces. Seguí buscando ese kleenex. Comprobé que mi camisa siguiera intacta. Volví a alzar la mirada. Llevaba las mismas gafas de sol oscuras que la primera vez que la vi, un pantalón de algodón de color crema y un polo negro. Me quedé irremediablemente clavado en la silla. C'est tout. No es algo que se pueda explicar con facilidad.