lunes, 28 de diciembre de 2009

Cementerio de lava y angulas de metal

En la profundidad de las aguas yace el cementerio de lava. Se oculta en la sombra y se levanta cómo quién ha dormido cien años y decide regresar.
El regreso de la lava es noble y metal;
la que vuelve es zíngara y risueña
cómo las ranas que saltan
de lugar en lugar.
Enlaguecida cómo una esperanza vacua o postrada,
se alimenta de lo vertido y verde para resultar luego una llama vera y condimentada de verdad.
Verdad en la sombra, verdad de vertedero; asombro.
Y como nadie se decide a interrumpir la marcha desprecintada, ni nadie se decide a taponar lo ya enardecido e hirviente, la dicha reemprende y se prende, orgullosa de ser lago rojo sobre la tierra de los hombres,
envalentonada al ser
un camino nuevo sobre la piel del mar.