miércoles, 29 de septiembre de 2010

Las razones de la tierra no son oídos sordos

Mi voz se persigue a sí misma y no deja de señalar
Mis labios emiten por su cuenta silbidos y demás
No estoy sola ni acompañada estamos aquí sin más
Aquel sentido venía de mucho antes y sigue detrás
No permito que se paren las cosas si no hay lugar
Las llamadas nunca se desperdigan si son voces de verdad
Las llamaradas se pierden si sólo son tierra y poco que escuchar