jueves, 30 de septiembre de 2010

R.I.P.

Nadie nos dijo que la tierra era una cruel trinchera
Y que la incomunicación es la base de todo sentimiento roto
Nadie nos contó que la oscuridad es este trapo y este ruido
Que nos envuelve por las noches y a lo largo del día
Nadie se fijó en que las palabras que nos cuentan ya no dicen nada
Ni nosotros entendimos bien que pocas veces hay espacio para hablar
Para hablar como es debido
Y si nadie nos dijo que la tierra era este triste purgatorio fue quizás
Para ahorrarnos que un día lo descubriéramos por nosotros mismos
Porque admitirlo es todavía más triste que vivirlo
Porque obviarlo es todavía más fácil que contarlo
Porque seguir andando es más difícil si uno se enfanga hasta las rodillas
Entonces se sigue contando la misma historia de rosas y claveles
De promesas y sueños y de cambios en esta interminable rueda
De mareas y repeticiones y de barcos que naufragan por doquier
Cuando lo último que nos queda es nuestra respiración y nuestro duelo interno
Repleto de puertas que se abren y se cierran
De nacimientos y de risas que sólo duran un instante
De regalos que poco tardan en llenarse de polvo
Cuando lo único que nos queda es respirar y aguardar hasta que sobrevenga
La próxima batalla campal
Y al día siguiente sólo están los espejos y los muertos que se infiltran
En mi sangre y en tu sangre
En mi esfuerzo y en tu lucha real
En mi pena y en tu cuerno y pedernal
En mi sombra y en tu espalda
En mi trabajo y en tu luz por aguantar hasta el final.
Requiem aeternam dona ei Domine.
Et lux perpetua luceat ei.
Requiescat in pace.
Amen.