jueves, 13 de noviembre de 2008

En lo profundo-del vacío-

En lo profundo
Están todas esas cosas que nadie muestra
Esas que nadie se atrevió a contar -porque-
Dolían hondo en la garganta al gritarlas con fuerza
Y era demasiado arriesgado exponerlas ante un tipo de ciudad
Que se escapa entre las ruinas –y se cuela despacio en las semillas-
Hay cosas que cuesta más callarlas que decirlas -aunque decirlas duele-
Y son como secretos de avestruz, perdigones sin remo, sueños de autobús
Velocidades que no sabré decir jamás –aunque no sepa callarme-
Precocidades que se avecinan firmes como la muerte –y resuenan-
Antes de sonar y se pegan encogidas en la espalda –y ya nadie las saca-
Ni los remedios ni los hipos ni las inversiones a cuerpo entero –ni el calor-
Que se va cuando vuelve la mañana –y ya no queda más que un gramo-
En el blanco del colchón -manchado de mares profundos- de remos sin sal
De cal sin medidas, de zumos del desván de todo lo vivido sin silbar
Y se van, tan solo un segundo, y regresan como todas las fiebres
Que se quedan nadando sin motivo y nos cuestan -estornudo omitido-
Más que el pan, más que el olvido, porque son las fiebres del color perdido
De las luces trasnochadas del rumbo sin firmar -del errar sin navegar-
De lo rotundo –de lo escondido- de las esquinas y los caracoles
-Del vacío-
En el mar