martes, 2 de febrero de 2010

CaminoMecanografiado. MeCamino.

Mi camino es frío,
frío cómo las llaves,
y no hay ningún
trozo (trozo o pozo)
que repose en él.
Mi camino es el hielo
que se posa insistente
bajo las mantas,
y no permite el calor
más que en el gozo
y en las huellas
que se acercan a él
desde otro lugar.
Mi camino es alambre
siniestro y testarudo,
hecho a medida,
encaramado
por las plantas
que producen
flores y espinas
sin freno y a la par.
El camino es lento y crudo,
muerto y revivido
constantemente,
demasiado presente,
demasiado vivo,
y muchas más veces
difícil de tragar.
El camino es apuesto y sencillo,
pero duro de armar,
y mucho más de desarmar;
tenaz y oblicuo,
borroso de vez en cuando
sólo para despistar.
Imposible entonces
deshacerse de él.
El camino es estrecho y oscuro,
luminoso luego cómo un portal,
y se ensancha y no muerde,
enajenado y crucial
tan sólo
por unas décimas de segundo
asumidas en la fiebre,
¡pura envidia!,
(…) hermosa muerte temporal.