miércoles, 10 de marzo de 2010

Pender de un hilo (o ver tras la borrosidad)

Y si el Budismo nos dice que la liberación está cuando despertamos de ese estado de aletargamiento, o cuando como atravesando una tormenta, conseguimos ver la claridad del cielo tras la borrosidad, bienvenida sea la tierra ante nuestros ojos.
Pensando en eso me viene también a la cabeza el intento de liberación por parte de los seguidores de la corriente surrealista, quienes acompañados por el hilo suave de la libre asociación, consiguen canalizar y transmitir todos sus fluidos mentales e imaginativos de un solo golpe (o de varios brochetazos). En ellos estaba un hito del desprendimiento, mella de la transgresión, voluntad de ver más allá de las formas prefijadas. Cambiándolo todo de sitio, imaginando más, depositando en el transcurrir desatado la fe de un nuevo parámetro, un nuevo tiempo, un nuevo lugar. Me digo que ellos vaticinaron el interdiálogo y que de alguna manera apuntaron a ese sistema de red del que se habla en el Budismo (todo está conectado) y en la mayoría de "teorías contemporáneas" (y que por consiguiente vemos reflejadas en los nuevos sistemas de gestión).
Si pendemos de un hilo , y si somos conscientes de ello, podríamos darnos cuenta de que en esa aparente fragilidad reside la fuerza de la interconexión. Pender de un hilo y saberlo, o ver tras la borrosidad, no son más que consecuencias de haber atravesado una tormenta y haber aprendido otro de los múltiples matices que contiene el estado cambiante que nos “sustenta”.
No queda más remedio entonces que seguir tirando de los hilos. (Y comprobar que si vemos un coche o una flor amarilla enmedio de la carretera o el camino y lo/la seguimos, vamos a encontrar, quizás de nuevo, el lugar del que vinimos.)