miércoles, 23 de junio de 2010

Fuegos artificiales (Movimientos de literatura erótica en 200 palabras)

Se salía de ella misma cada vez que trataba de no salirse de sí. Aquella vez le pasó observando las manos del mozo detrás del mostrador. Si hubiera podido cortar ese hilo que se tendía entre su contenido energético y el suyo, lo hubiera hecho sin dilaciones, sin concesiones, sin posponer más de un segundo, y se hubiera dado a la fuga, corriendo como una leona que acaba de aprender a huir. Sus manos le asustaban más que cualquier otra presa, y le daban sed, sed de correr. Una detonación es un drástico proceso de transformación de la energía que contiene un material, que se intercambia a elevadas velocidades con el medio adyacente. Si la pólvora se hubiera medido con palabras, o mejor dicho con la densidad de cada una de ellas, su “poder detonante” habría dado un resultado esplendoroso. —Me gustaría saber con cuántos petardos puedo encender…—le dijo. Le temblaban las piernas. Su voz se tornaba cada vez más grave. Se acercó al mostrador, con un dedo entre los labios. — ¿Decías? —. Ella se inclinó todavía más, clavándole la mirada a modo de confidencia. Dejó caer su colgante sobre la mesa. Luego soltó: —Fuegos artificiales—.